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La maldad corroe el corazón y lo envenena; la bondad purifica el corazón y lo
embellece.
¡Muy buena frase! Y muy acertada, la
maldad corroe el corazón, hasta tal punto de que al final ese corazón se
envenena y solo hace el mal, un corazón malvado es una persona malvada. En
cambio la bondad en un corazón lo purifica y hace que sea bello, una persona
con bondad en el corazón siempre hará el bien y jamás se torcerá por el camino
del mal. De ahí la importancia de regar cada día tus pensamientos con el agua
de la bondad.