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Quien no ha pecado, su palabra pesa como el plomo y aplasta a la palabra frágil
como el vidrio de quien si pecó.
Buena analogía. Con esta frase me
refiero a que si alguien inventó un embuste sobre ti, pero tú lo puedes
desmentir, entonces tu palabra será pesada como el plomo y aplastará a las
falsas palabras frágiles como el cristal de quien inventó la mentira. La palabra
auténtica es robusta y pesada, la palabra falsa es frágil y quebradiza.