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La última finalidad del ser humano no es ser un acaudalado millonario, ni un
gran terrateniente, ni un poderoso rey, la última finalidad del ser humano es
la de ayudar a los demás.
Un hombre puede ser lo que quiera y
contra más lejos llegue en la vida mejor, pero al final se dará cuenta que la
última finalidad del ser humano no es la de solo mirar por sus intereses, sino
la de ayudar a los demás. El alma humana en el fondo es buena y quiere ayudar a
los demás, por lo que al final si alguien fuera muy rico, lo que más feliz le
haría sería ayudar a los demás, ese gesto altruista le daría buena fama y le
llenaría de plenitud y gozo.