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No hay sinceridad más pura y cristalina, que la que dice alguien en su lecho de
muerte.
¡Excelente reflexión! Y es que alguien
que esté a punto de fallecer, ya no le importará contar cualquier cosa, como va
a morir, puede decir todo lo que quiera con tranquilidad, pues luego ya le
espera la muerte y después de la muerte no debe rendirle cuentas a nadie, por
eso su sinceridad será tan pura y cristalina como el agua que fluye por un río,
te puede llegar a contar tranquilamente lo que piensa, siente o incluso sus más
íntimos secretos, porque una vez muerto ya todo le dará igual.