-
Es preferible llorar en el presente y reír en el futuro que no al revés. Por
cada lágrima que derrames en el presente, será un diamante incrustado en la
joya con la que te premiará el futuro.
¡Bella analogía! Y es que hay que ser de
las personas que lloren en el presente, pero rían en el futuro, y no viceversa.
Por cada lágrima que uno derrama en el presente es como si le engarzasen a una
joya un diamante, cuando te hayas esforzado mucho, en el futuro reirás
alegremente, y por habértelo merecido el destino te premiará con esa valiosa
joya.