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Puedes obligar a alguien a ceder ante tus designios, pero lo que nunca podrás
es cambiarle sus sentimientos.
Profunda frase. Y es que uno puede
obligar a otro a hacer lo que él quiera, puede a la fuerza convencerle para que
haga algo. Pero aunque le obligue a la fuerza, lo que nunca podrá hacer es
cambiarle sus sentimientos respecto a algo. Y es que los sentimientos son muy
difíciles de cambiar, por ejemplo alguien oriundo de un país, siempre llevará a
su país en su corazón, pese a que haya emigrado a otra tierra lejana. No se puede
cambiar a la fuerza lo que siente alguien, los sentimientos son inmutables.