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Quien hace polvo la vida de otro con astucia y perversión, algún día el castigo
recibido será tan severo que será su vida la que sea polvo.
Frase premonitoria. Y es que quien hace
la vida de otro polvo arteramente, puede que logre su perverso objetivo, pero
por sus malos actos, algún día el castigo que recibirá será tan duro que sea su
vida la que se haga polvo. El mal karma siempre acaba castigando a uno.