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Hay que ser buena persona pero no ingenuo. El ingenuo siempre acaba atrapado en
la telaraña del sagaz.
Buena analogía. Uno debe de ser buena
persona pero no ingenuo. Uno no debe de ser ingenuo, porque el ingenuo siempre
acaba enredado en la telaraña del sagaz, del astuto, del cazador, y uno siempre
ha de andarse con ojo de no caer en la trampa de nadie.