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La avaricia corrompe al hombre al igual que la manzana podrida corrompe a la
sana.
Buena analogía sobre la avaricia. Y es
que la avaricia es algo que corrompe a quien la tiene, pues siempre quiere más
y más. Al igual que la manzana podrida corrompe a la sana, la avaricia corrompe
el corazón de las personas.