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El problema es que cuando uno sufre el mal que le rodea no se apercibe del bien
que está unido a este.
¡Magnífica reflexión! Y es que cuando
uno sufre el mal que le rodea, no suele apercibirse del bien que está unido a
este. Todo tiene su lado bueno y su lado malo, y uno debe de poner en la
balanza si esas personas merecen la pena, puede que sí o puede que no.