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La felicidad del ignorante es efímera como un destello de luz; la felicidad del
sabio es eterna como la luz del sol.
Porque el ignorante será feliz un
tiempo, pero luego por culpa de su ignorancia será infeliz, en cambio el sabio
siempre conservará su felicidad, pues gracias a su sabiduría será guiado por el
buen camino.