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Algunas personas tienen intenciones oscuras, tan bien escondidas como un
secreto; otras en cambio tienen intenciones puras, tan cristalinas como el agua
que fluye por un río.
¡Excelente analogía! Y es que hay
personas que tienen oscuras intenciones, que están tan ocultas dentro de su
mente como un secreto. En cambio también hay personas de buenas intenciones,
son intenciones puras, tan cristalinas como el agua que fluye por un riachuelo.
Con ellas puedes confiar porque no te harán nada malo. Siempre hay que tener
cuidado con las primeras y portarte bien con las segundas.