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El odio y el rencor consumen a uno como la llama consume a una vela. El sabio
ni odia ni guarda rencor, eso le haría mucho mal y ningún bien. La pócima del
amor cura el odio; el elixir del perdón cura el rencor.
Buena analogía. Y es que el odio y el
rencor que siente uno le consumen como el fuego de una vela consume la cera de
una vela. El sabio no guarda rencor, más bien indiferencia, porque si guardase
rencor le haría mal. El amor cura el odio y el perdón cura el rencor.