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La bondad y la sabiduría a veces se contradicen, pero no es motivo para que no
formen un tándem perfecto.
Es verdad, muchas veces la bondad y la
sabiduría defienden posturas totalmente opuestas, pero eso no quiere decir que
deban estar reñidas. Porque cuando la bondad y la sabiduría se unen, forman un
buen equipo, lo que le falta a una lo tiene la otra. Bien utilizadas creo que
hasta se complementan.