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Una
palabra bonita se vuelve inmortal en el recuerdo y un mal acto se vuelve
inmortal en el corazón.
Muy
buena frase. Y es que cuando alguien te dice una palabra bonita, esta se vuelve
inmortal en el recuerdo, pues uno siempre la recordará con gran felicidad en el
corazón. Y un mal acto se vuelve inmortal en el corazón, pues hay fechorías que
llegan al alma y alguien traicionero te la puede jugar y hacerte padecer y ese
mal acto recordarlo para siempre. Ambos se vuelven inmortales en el recuerdo.