- La maldad es la
perdición para otros; la maldad es la perdición para uno.
Buena frase. Y es que realmente la maldad siempre
es la perdición para otros, pero también es la perdición para uno mismo. Quien
hace maldades destruye la felicidad de los demás y la suya no tardará en
esfumarse. Si uno no quiere buscar ni la perdición de otros ni la suya, debe de
abandonar la maldad y abrazar la bondad.