- No hay nada que
cueste menos de hacer que un bonito gesto y al mismo tiempo no hay nada que
dure más en la memoria.
Sí, cuando a uno le hacen un bonito gesto, a quien
lo hace no le cuesta nada de hacer pero en cambio a quien lo recibe le queda
grabado en la memoria. Por ejemplo, tengo un recuerdo muy bonito, y es que una
vez mi madre me castigo sin merendar por algo que hice cuando aún era un crío y
estaba en el pasillo, cuando mi querida abuelita me trajo una pasta a
escondidas, ese gesto entrañable me quedó grabado en la memoria como un bonito
recuerdo y es que hacer un pequeño gesto no cuesta nada.