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A veces la táctica más insospechada puede llegar a ser la más idónea.
Aunque parezca mentira, a veces
conseguirás una cosa haciendo lo contrario de lo que deberías hacer, por
ejemplo, quieres llamar la atención de alguien, y ese alguien no te hace caso,
si le llamarás todos los días, seguro que acabaría harto de ti, en cambio si
estás una temporada sin hacerle caso, seguro que despiertas su interés, por eso
creo que a veces hacer lo contrario de lo esperado puede llegar a ser más
fructífero que hacer lo esperado. A veces la táctica que parece más peligrosa,
puede llegar a ser la más segura. Por ejemplo, vi en una película, que unas
personas querían ocultar algo en una casa para que los asaltantes no lo vieran,
pues en vez de escudriñarse los sesos en buscar el mejor escondite, lo que
hicieron fue dejar lo que los asaltantes buscaban en el centro de la mesa, y
como los asaltantes no pensaron que lo pondrían en un lugar que tenían a simple
vista, no es que no lo vieran, sino que no le prestaron atención a ello, y así
en vez de esconderlo, simplemente hicieron que perdieran la atención en ello, y
así lograron esconder aquello que querían, una táctica la mar de inteligente.
Por eso digo que a veces la táctica más extravagante, la que parece que no lo
vas a conseguir, pues con esa lo consigues. O sea que si quieres esconder algo
que no puedes esconder, simplemente muéstralo, y la gente perderá el interés en
ello, es la forma más inteligente de ocultar algo, diciéndolo públicamente.