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Del cajón de los malos recuerdos aprende; del cajón de los buenos recuerdos
rememóralos con alegría en el corazón.
Sí, y es que uno de los malos recuerdos
aprende mucho, y de los buenos recuerdos los rememora con alegría en el
corazón. De los primeros aprende y de los segundos disfrútalos, siempre hay que
sacarle el lado positivo a todo.