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La envidia es como
una preciosa perla en manos de otro. Deséala y nunca la obtendrás, no la desees
y otro tesoro te aguardará.
Buena analogía. Y es que la envidia sería como una
magnífica perla en manos de otro, si uno la desea nunca la obtendrá, si uno
logra superar la envidia otro gran tesoro a cambio le aguardará. No hay que ser
envidioso, pues cada persona nació para algo y envidiar es una tontería.