- Muchos cargan sus
agravios en la catapulta de la inmoralidad, donde ofenden injustamente a otros.
Buena analogía. Y es que muchos cargan sus ataques
en la catapulta de la inmoralidad, donde cuando se dispara ofenden injustamente
a los demás. Pero cuando uno aprende a ser moral, la catapulta queda estropeada
para siempre.