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El metal de las palabras se funde en la forja de los hechos.
Todo importa, tanto las palabras como
los hechos, pero al final lo más importante son los hechos. Haciendo esta
analogía, el metal de las palabras se acaba fundiendo en la forja de los
hechos, lo que viene a significar, que al final lo que importa son los hechos y
no las palabras.