-
No temas al fracaso, pues en la vida hay que llevarse unas cuantas decepciones
que si las aprovechas bien te irán conduciendo lentamente al altar del éxito.
Claro, no hay que temerle al fracaso, es
preferible intentarlo y fracasar que no, no intentarlo nunca por miedo a
fracasar, porque entonces te estancas y es mucho peor. Si tú de tus fracasos y
chascos, vas aprendiendo de ellos y vas sacando valiosas lecciones, lentamente
te irás acercando al altar del éxito, a la cúspide de la felicidad. Si lo intentas
mucho y perseveras, al final acabarás por conseguirlo y verás como que tu sueño
se hizo realidad y eso te llenará de una enorme alegría.