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Ni aunque seas el mejor en algo, no dejes que la arrogancia se apodere de ti,
la arrogancia arruga el alma.
Siempre habrá gente que el éxito se le
suba a la cabeza, y que por el camino, se vuelvan arrogantes y prepotentes,
pero el éxito no debería hacerte cambiar si ya lo estás haciendo bien, el éxito
no debe afectar a como lo estabas haciendo de bien las cosas, una persona
humilde vale mucho. Si dejas que el éxito se apodere de ti, te estropeará el
alma, porque ya no volverás a ser el mismo, por eso si eres una persona que ha
tenido éxito, no debes dejar que se te suba a la cabeza y que te agrie el
carácter, sino ha de hacerte más feliz y mejor persona, porque puedes ayudar a
los demás con tu don.