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Un hombre sencillo no debe ni temerle al fracaso ni añorar el éxito, debe
conservar su felicidad tanto delante del éxito como del fracaso.
¡Gran reflexión! No hay que preocuparse
por si tu trabajo tendrá el éxito esperado, simplemente, haz tu trabajo lo
mejor que puedas, y no debes temer no tener el éxito deseado, ni tampoco añorar
en demasía un gran éxito, simplemente el hombre sencillo conserva su felicidad
intacta tanto delante del éxito como del fracaso, no debe desvivirse por el
primero ni tampoco debe estar asustado del segundo, si el éxito tiene que
llegar, ya llegará, con tal de haberte esforzado al máximo, esa ya es una gran
satisfacción personal.