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Quien continúe haciendo el mal reavivará la llama del odio, quien muestre
arrepentimiento la apagará definitivamente.
Y es que si alguien hizo el mal en el
pasado, pero en la actualidad no lo hace y muestra arrepentimiento, apagará
definitivamente esa llama. Quien continúe haciendo fechorías seguirá reavivando
la llama del odio.