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La misma verdad que uno defiende, esa misma verdad
un día saldrá poderosa y brillará con fulgor en el mundo entero.
Pues sí, si uno
defiende una verdad cuando pocos se atreven a hacerlo, años más tarde esa
verdad saldrá poderosa y acabará brillando fulgurosamente en el mundo entero.
Al final el destino le da la razón a quien la tiene y los que dijeron y
mantuvieron la verdad acabarán siendo recompensados por sus buenas obras.