Enigmática frase. La leí hace muchos años por
Internet y la verdad es que lleva toda la razón. Esta frase significa que
cuando estás acostumbrado a algo ya no le prestas atención y es por eso que
aunque lo tengas delante es como si fuera invisible. Es una buena frase
filosófica, pues a veces tenemos las cosas tan cerca de nosotros que no las
vemos.