Buena frase. Es un refrán español de toda la vida. Y
muy acertado, pues uno nunca pierde la esperanza pese a no ver luz al final del
túnel, uno siempre guarda la ilusión de conseguir aquello tan deseado. Cuando
uno no pierde la esperanza, no deja de ser feliz. No hay que perder la
esperanza, pero hay que trabajar duro para que nuestros sueños se hagan
realidad.